viernes, 19 de febrero de 2016

Desde que viniste a por mis piedras CAPITULO 3

¡¡¡¡20 centimetrosss!!!! ¿ pero que le estaba pasando? ¿ seguiría creciendo? ¿ acaso sebastian tenia un antídoto?
Ese día la pequeña princesa, cantó, bailó, y se contoneo por todo el castillo, hacía mucho que no salia de allí y no estaba muy puesta en el tema de la música pero ella no lo necesitaba, inventaba un tema y otro con lo que le pasaba cada día y encontrar palabras que rimaran son sebastian, le estaba costando bastante. Pero no le importaba, ella cantaba y cantaba, algunas de amor y otras marchosas que le hacían soltarse la melena.
Estos días, la princesa sentía que las cosas iban a cambiar, que todo había dado la vuelta en su vida, se levantaba por las mañanas con ganas de vivir, y eso hacia mucho tiempo que no le pasaba.
¿ era feliz? pues no lo sabía, porque hacia tanto tiempo que no lo era, que se le había olvidado la sensación de serlo, el caso es que sonreía y eso era nuevo para ella.
El día había amanecido de un azul increíble, los pajaritos cantaban como nunca lo hacían, todo apuntaba que sería un día genial. Pero de repente algo cambió, un caballo se acercaba al castillo, ella pensó que era sebastian y se puso muy contenta pero no, no era el, el caballo no era negro, era marrón, grande y brusco, era el caballo de su abuelo, ¿ que quería ahora? hacía mucho que no la visitaba, el nunca traía buenas noticias, ¿ que podría esperar?
SOOOOOOOOO!!!!dijo el abuelo con su voz desagradable.¿ que pasa niña, no vas a venir a darle un beso a tu abuelo? ¿ acaso tus pequeñas piernas no te pueden traer hasta aquí? - rió con sorna el viejo.
La pequeña sin muchas ganas, se acercó a su abuelo, el la cogió y le beso la cabeza, luego la dejo en el suelo otra vez.
¿Que te trae por aquí abuelo? - preguntó la princesa a su abuelo. ¿ No puedo venir a ver a mi nieta querida?- dijo el abuelo.
Se metió dentro del castillo y se sentó en un butacón que había al lado de la ventana de al almena. Ella arrastro una silla al lado de su abuelo y se subió como pudo a ella, sin ayuda, sola, como siempre.
¿ y cuéntame hija mía, ha pasado algo interesante? te veo distinta.- dijo el viejo mientras fumaba de su pipa , ese tabaco que olía tan mal. Pues la verdad abuelo es que algo si que ha pasado- contesto la princesa, deseosa de contarle a alguien lo que le había pasado con sebastian.
JAJA, ¿que te va a pasar bueno a ti aquí?-tosía mientras hacía la pregunta.La princesa agacho la cabeza y pensó que era mejor no contarle nada a su abuelo sobre sebastian pero de repente su abuelo dijo: A lo que vamos, hace unos días un chico vino a pedirme tu mano, le di el consentimiento para venir a visitarte, en cuanto venga, mantenme informado. ¿ o acaso ya vino?.- ¿Pero abuelo?- dijo la princesa. De peros nada,¿crees que alguien vendría a verte a ti si yo no le digo donde estas?, ademas que tu haces lo que yo te diga, y punto.- farfullo el abuelo, ya abuelo¿ pero es que?- dijo ella medio llorosa. ¿ que? ¿ todavía piensas que alguien va a quererte tal y como eres? ja ja inútil niña tonta, igual que tu abuela y tu padre, pero míralos a ellos muertos, y así estarás tu ,como no encuentres pronto un marido, cada día estas mas pequeña. Cuando venga el apuesto príncipe, me lo haces saber ¿ queda claro? - decía el abuelo mientras se dirigía ala puerta dándole explicaciones a la princesa: no seas contestona, se obediente si quiere vino le das vino y si quiere diversión, también se la das, se sumisa por una vez en tu vida, este chico es poderoso, no te digo mas,¿ te ha quedado claro? Si abuelo, pero ¿y si me preguntan como me llamo que les digo? pregunto la princesa triste. jajajaja te aseguro a ese chico, no le importa tu nombre, le importa tu apellido.- se subió al caballo y zarpo sin mirar atrás.
Y allí quedo la pobre princesa que volvía a sentirse diminuta, corrió dentro  y se midió ufff menos mal los 20 centímetros del día anterior seguían intactos.
¿Y ahora que? ¿vuelta a empezar? ¿ como sería aquel chico? ¿ que pasaría si un día se junta con sebastian? un momento.... el abuelo dijo hace unos días, unos días ¿cuantos? ¿ acaso seria sebastian el chico que habia mandado su abuelo para ella? pero el parecía distinto, no parecía alguien que solo se interesara por su dinero, ¡¡¡dios!!! ¿sería sebastian ese chico? Ella no quería un chico mandado por su abuelo, no no y no, se negaba en rotundo a compartir su vida con alguien que fuera a fin a su abuelo, otra vez las dudas y las preguntas no le dejaban pensar.
A lo lejos, un caballo negro, era sebastian ,que acudía como cada día a por una de sus piedras. La princesa cogió una de las piedras que tenia al lado y la puso al lado de la que había acercado el día anterior.
El llegó y bajo de su caballo, venia silbando, se le notaba feliz pero ella no estaba para fiestas.
¡Coge tu piedra y vete!- dijo la princesa de brazos cruzados. ¿ como? - dijo el. Lo que has oído, coge tu piedra y vete de aquí, ¡no quiero verte mas!- contesto ella mirando al suelo con los ojos brillosos de lagrimas. ¿ pero, que ha pasado? contesto sebastian nervioso. Dímelo tu, ¿ cuando pensabas decirme que te manda mi abuelo? ¿ cuando?- dijo la princesa llorando muy enfadada. Cuando sebastian la vio llorar corrió hacia donde la princesa estaba y se puso de rodillas delante de ella.
¿Que te pasa?, no conozco a tu abuelo.- dijo el.¡MIENTES!- grito ella. ¿ como puedo demostrarte que no conozco a tu abuelo? - pregunto desesperado sebastian. Enséñame tu cara- dijo ella enfadada mientras volvía a coger el trapo negro con sus manos diminutas. ¡NO! grito el, aprenderás a confiar en mí, mi rostro lo veras a su tiempo y si no te interesa cada tarde que venga a tu castillo a por tus piedras no salgas a verme, pero respeta mi forma de hacer las cosas. - dijo esto cogió una piedra de las de cerca del castillo ignorando la que ella le había acercado y se subió al caballo. ¿ te vas? - dijo ella llorando. Si, creo que tienes que aclarar un poco tus ideas, no puedes ser así. - dijo sebastian con voz de defraudado.
¡¡Vale, vete!!! No quiero aquí mas príncipes mandados por mi abuelo, ¡¡NO VUELVAS MAS!! - grito la princesa enfadada.
Te estas equivocando conmigo, pienso volver mañana, y todos los días hasta que me haya llevado todas las piedras y seas tu la que te vengas conmigo- repitió el hizo una pausa y añadió: pero a mi manera, no a la tuya. Piénsalo- puso el caballo de espaldas y cuando estaba apunto de salir al galope, se volvió y le dijo: Igual no tiene sentido ,por que, ahora mismo no quieres ver por encima de tus preguntas, absurdas, pero anoche soñé que tu nombre empezaba por A- y salio galopando con su caballo sin mirar atrás´.

¿ por A? ¿ sería cierto que su nombre empezaba por esa letra? pero espera... ¿ le interesaba su nombre? sebastian no era el muchacho del que habló su abuelo, ¿ como podía haberse portado así con el? y una vez mas miles de preguntas no la dejaban pensar.

CONTINUARA....

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